Ni siquiera un error de Rulli permitió al Salzburgo eliminar al Villarreal. Apareció el de siempre, Gerard Moreno, para calmar los ánimos en La Cerámica después del susto inicial.
El Villarral hizo valer el resultado en Austria para estar entre los 16 mejores equipos del torneo. Se supo favorito y, pese al 0-1 con el que se adelantó el Salzburgo, dominó.
Emery salió con un planteamiento defensivo. Metió doble lateral en la izquierda para tapar las posibles llegadas de Mwepu, con Saka bailando por el mismo lado.
La presión alta del Salzburgo surtió efecto. Rulli, poco acostumbrado a jugar con los pies, dejó corto un pase a Pau Torres que robó Daka y regaló a Berisha para poner la emoción a la eliminatoria.
Perdonó el cuadro austriaco cuando el Villarreal estaba prácticamente sobre la lona y lo acabó pagando. El cuadro 'groguet', con el paso de los minutos, se repuso y empezó a tener la pelota.
Apareció la calidad de Gerard Moreno, ese delantero con sangre de hielo capaz de recortar en el área, llevar un vendaje aparatoso y marcar de penalti para llevar a su equipo a la siguiente ronda.
La primera de las acciones decisivas llevó la tranquilidad a la hinchada 'groguet', con un recorte para dejar tirados a Stankovic y a Junuzovic para poner el empate.
El susto llegó de nuevo por un penalti de Capoue que quitó finalmente el colegiado tras la revisión en el VAR. Un pequeño sobresalto para poner la pausa en el partido.
Lo intentó el Salzburgo, pero se le acabaron las fuerzas antes de tiempo. Gerard Moreno, el más pillo de la clase, apareció de nuevo, cabeza vendada ya, para forzar y marcar un penalti que selló el billete.