Arrancaron con ímpetu el combinado 'celeste', tratando de imponer su personalidad ante una selección africana que lamentaba la ausencia de Mohamed Salah, estandarte nacional, calentando el banquillo del Arena Ekaterimburgo.
Sin embargo, el tacticismo de Héctor Cúper iba más allá del repliegue para salir al contragolpe. Los 'faraones' le discutieron la posesión a la medular 'charrúa' para desconectar la solidez defensiva de la voracidad ofensiva rival.
Despiezada Uruguay, Egipto comenzó a ganar protagonismo en el encuentro merced al paso de los minutos, generando cierto nerviosismo en los de Tabárez, que llegaban al encuentro henchidos de confianza.
Una espectacular volea de Cavani propició el córner que no supo aprovechar Luis Suárez. El delantero del Barcelona no acertó a empujar al fondo de las mallas un balón que le cayó regalado del cielo.
Ante la desesperación 'charrúa', Egipto se fue soltando hacia el área de Muslera. Aunque las ocasiones adolecían de precisión en los últimos metros para crear peligro, tras la reanudación empezaron a armarse de argumentos.
Espoleados desde el vestuario
Sin tiempo que perder, Luis Suárez y Cavani asumieron los galones del partido, concienciados de su trascendencia para lograr la victoria ante un combinado que salió reforzado de su defensa en el primer tiempo.
Al carrusel de cambios le sucedió el de ocasiones erradas. El 'crack' del Barcelona redondeó su tarde aciaga, enviando dos nuevas oportunidades al limbo, alimentando la desesperación y ansiedad 'celeste'.
Cuando Salah ya saboreaba el empate desde el banquillo, Cavani estrelló en la madera una falta que no hico si no avisar a la parroquia egipcia de lo que vendría segundos despúes en una falta botada por Sánchez.
Jose María Giménez firmó su semana fantástica, erigiéndose por encima de la defensa africana para coronar la pirámide de Héctor Cúper y besar las mallas con vehemencia.