Desde el inicio, el conjunto de Pinto tomó las riendas del encuentro. Apenas tardó 12 segundos en crear la primera ocasión, señal de lo que se venía en el primer tiempo.
Pese al dominio, las ocasiones claras no terminaban de aparecer, hasta que llegó Ovelar. O, mejor dicho, Giraldo. Porque si difícil fue el remate del '19', más inexplicable fue la cantada del portero.
Ovelar se sacó un zurdazo en una posición muy escorada en el área. El balón llegó sin demasiado peligro a las manos del meta que, incumpliendo una de las normas esenciales del portero, intentó atrapar el esférico con las piernas abiertas.
El balón se escurrió entre sus manos y se alojó en la portería tras pasarle entre las piernas. Un error que, sin duda, le costará el sueño alguna que otra noche...