Alemania empezó con dudas y ganó con solvencia. El comienzo del partido fue difícil para los germanos, y es que Smith, con un disparo desde lejos en el minuto siete, hizo soñar a Irlanda con una hipotética clasificación.
Pero Gnabry se encargaría de romper las ilusiones de los norirlandeses. Lo hizo con un gran movimiento a la media vuelta para empatar el partido, un gol que acabó acompañando Goretzka para remontar el duelo antes del descanso en un balón que quedaba muerto dentro del área.
Poco después de la reanudación, Alemania siguió presionando y dominando el encuentro. Y poco tardaron los alemanes en hacer el tercero. De nuevo Gnabry marcaba a pase de Klostermann, pero no contento con eso el atacante del Bayern redondeaba una noche de libro con la Selección para hacer su 'hat trick' particular en un balón que luchó hasta la extenuación y acabó rematando al palo largo.
Con el partido ya bajo control, los locales siguieron haciendo sangre a la defensa del norte de Irlanda y las ocasiones se sucedían una tras otra en lo que se acabó convirtiendo en un monólogo alemán. En este contexto acabaría llegando el segundo de Goretzka y el quinto para Alemania.
Irlanda del Norte hacía tiempo que se había desdibujado del partido y lo intentó más por orgullo que por talento con algunos tímidos remates que poco asustaron a Ter Stegen.
Brandt sería el último en unirse a la fiesta germana con un gran regate y una posterior finalización imparable al palo largo del meta visitante.
La cita acabó con las ilusiones de Irlanda del Norte por conseguir un puesto directo para la Eurocopa y con la afición alemana festejando la primera plaza del grupo. Los de Löw serán cabezas de serie.