En el minuto 41 de la primera parte de la final de la Copa Alemana, Gnabry recibió un pase en profundidad de Hummels que le dejó solo delante del guardameta rival. Con un recorte, el centrocampista alemán se deshizo del portero del RB Leipzig y quedó delante de la portería vacía.
El jugador del Bayern disparó a puerta, pero Konaté apareció para despejar bajo palos con un providencial cabezazo que mantenía vivo al RB Leipzig en la final. De haber marcado, el Bayern se habría puesto dos tantos por encima de su rival, reduciendo mucho sus posibilidades.
El tanto, además, hubiera llegado justo antes del descanso. Habría sido el momento perfecto para que Kovac planeara una segunda parte de control aprovechando la ventaja en el electrónico. Finalmente, Konaté evitó el gol y Gnabry no pudo celebrar el segundo de los de Múnich.