A pesar de que la ciudad de Viña del Mar amaneció con una bruma densa y algo molesta, el sol terminó saliendo en el Estadio Sausalito para honrar a la gran fiesta del fútbol chileno.
Hasta cinco goles le endosó el cuadro dirigido por Gustavo Quinteros a su rival en la Supercopa, sabiendo sufrir y de lo lindo en la primera mitad. Pero apareció Dituro.
El guardameta de 'Cruzados' aguantó el resultado con tres intevenciones muy meritorias con el pie a sendos remates de Gutiérrez, conformando el gran mano a mano de los primeros 45 minutos.
No obstante, para ganar hay que saber sufrir, lo que añadido a la falta de puntería del conjunto 'árabe' terminó por decantar el triunfo para el equipo universitario. El choque se igualó con la primera media hora de encuentro, justo cuando empezó a desnivelarse en el marcador.
Dos faltas de Pinares al borde del descanso valieron dos dianas. En el primero, Kuscevic aprovechó un error de González en su intento de blocar la bola, mientras que el propio '14' se inventó un lanzamiento a la escuadra para poner el 2-0.
Para cuando comenzaron los segundos 45 minutos, el guion del partido ya había cambiado totalmente. Los de Basay jamás se recuperaron de la doble bofetada y el recreo no les sentó nada bien, siempre un segundo más lento que Católica en los movimientos.
Más maduro y calmado sobre el verde, el cuadro universitario solo tuvo que esconder la bola y aprovechar los espacios a la contra. Así llegaron los tres goles restantes, aunque pudieron ser más.
Sáez hizo el tercero en el 58' y fue sustituido. Valencia, el hombre que le dio el relevo, amplió el marcador a puerta vacía en el 89', mientras que Buonannote, con Palestino totalmente vendido, obró la genialidad del duelo para completar la 'manita'.
Victoria merecida para una Universidad Católica que supo sufrir y matar, dos habilidades muy importantes en un partido de tal calibre. Palestino, machacado por el exceso de efectividad del rival, tendrá que esperar la llegada de días mejores.