Pese a sus 33 años, el delantero alemán sigue siendo el auténtico referente del equipo que le catapultó al Bayern de Múnich y, con él, a la fama mundial. Su agradecimiento al Stuttgart quedó patente cuando el pasado invierno decidió regresar al club en el que comenzó todo, pero este inicio de temporada no le está sonriendo.
360 minutos sobre el terreno de juego, cuatro partidos completados... y sólo vio portería en uno de ellos, el último, ante el Friburgo. Lo hizo por partida doble, dejando atrás una sequía de tres partidos consecutivos.
Los delanteros, independientemente de la calidad y la forma en la que se encuentren, tienen bajones de rendimiento, pero el Stuttgart lo ha acuciado demasiado. Y es que en ninguno de los tres primeros partidos oficiales de este año (uno de Copa y dos de Bundesliga) el equipo consiguió marcar.
Tuvieron que pasar tres partidos para que el equipo anotara su primer gol... y lo hizo justo en el encuentro en el que Mario Gómez se mostró más inspirado. Aunque él no abrió la lata, sí que marcó el segundo y el tercero de su equipo, que empató 3-3 fuera de casa.
El premio fue mínimo y quedó claro que el equipo depende de los goles del ex delantero del Bayern de Múnich, que tiene este viernes una nueva oportunidad para tratar de conducir al equipo al lugar en el que acabó el pasado curso, la parte media alta de la tabla. El Fortuna Düsseldorf es otra prueba para Mario Gómez, que tendrá que demostrar que su sequía en el comienzo de temporada se quedó ya muy atrás.