Cuando Gonzalo Herrera supo que tenía que pasar por quirófano para someterse a un transplante de riñón, hizo todo lo posible para que los médicos retrasaran al máximo la cirugía.
El motivo era la final de la Copa Sudamericana. Colón es el equipo de este joven aficionado y, ante la magnitud y el calibre del partido, Gonzalo quería acompañar a su club y apoyarlo en el estadio donde se disputó la final.
El cuerpo médico le concedió el deseo al hincha del 'Sabalero' y, pese a que su equipo acabó perdiendo por 3 a 1 frente a Independiente del Valle, pudo disfrutar del partido y de la euforia de los aficionados de Colón al ver a su conjunto en la final.
El donante de riñón fue el padre de Gonzalo. Una historia que demuestra que el futbol verdaderamente mueve pasiones.