Las esperanzas de la Roma de poder acercarse a los puestos de Champions pasaban por vencer al Atalanta en el Olímpico. Un claro rival por entrar en esas posiciones, pero el cuadro de Paulo Fonseca dejó pasar la oportunidad.
Esa idea impulsó al equipo local durante los minutos. Empujó en el inicio, pero poco a poco el Atalanta se fue haciendo con el mando. Los de Gasperini, en ese fútbol vertical, encontraron ocasiones para abrir el marcador.
Pau López emergió como principal obstáculo para que los de Bérgamo no marcaran, pero Malinovskyi se encargó de firmar el 0-1 después de una buena jugada entre Zapata y Gosens.
Fue el alemán, precisamente, uno de los protagonistas del partido. El Atalanta tuvo oportunidades para ampliar su renta tanto en la recta final de la primera mitad como en el inicio de la segunda, pero se encontró con un giro de guion inesperado.
Gosens vio dos amarillas en cuestión de 17 minutos y dejó a su equipo con diez. Un motivo suficiente para que la Roma diese un paso adelante. Un zapatazo de Cristante llevó las tablas al marcador a falta de 15' para el final.
En esa ola positiva, el conjunto local aprovechó para avasallar el área del Atalanta, que terminó el encuentro cansado de pedir la hora y que, finalmente, saboreó bien el punto por ello. Roger Ibáñez vio la roja en los minutos finales.