Semedo no lo ha tenido fácil en el Barça. Nada más llegar al club azulgrana tuvo un roce con Neymar y después sufrió críticas al ser comparado con Dani Alves.
El precio de su fichaje fue una losa (los azugrana pararon 30 millones de euros) y tuvo problemas de adaptación. El mismo Valverde lo reconoció, afirmando que el futbolista necesitaba más espacio, aunque insistió en el que en el Barcelona estaban encantados con él.
Además, con la reconversión de Sergi Roberto al lateral derecho su situación empeoró, pero el portugués no se rindió y ha mostrado mejoría en sus prestaciones defensivas, en la colocación atrás y la falta de precisión en los últimos metros.
Esta temporada, Nelson Semedo ha demostrado que más orden en el repliegue, pero aún explotando su velocidad, una de sus principales virtudes.
También ha mejorado en lo ofensivo, a pesar de que le falta precisión y pausa en los metros finales. Desde que llegó al Barça, solo suma un gol y cuatro asistencias, cifras muy por debajo de las de otros laterales como Dani Alves y Jordi Alba.
Conecta bien con Dembélé y, cuando el delantero está en la banda derecha, se buscan y generan peligro.
Valverde nunca pensó que la reconversión de Sergi Roberto fuera un problema para Semedo, que se ha afianzado como una alternativa al español. También cree que pueden jugar juntos, como ocurrió este martes ante el Olympique de Lyon.
Frente al club francés, el español volvió al centro del campo y el luso ocupó el lateral, cuajando una actuación defensiva impecable, aunque recibió una amarilla a falta de dos minutos para que acabase el enceuntro, por lo que está a una sola cartulina de la suspensión.
Semedo ya había visto una tarjeta en el partido ante el Tottenham que cerró la fase de grupos. Si ve otra, se quedaría fuera de la ida de unos hipotéticos cuartos de final.