El fútbol inglés tiene el corazón en un puño. Jimmy Greaves ha sido hospitalizado este martes, y conociendo su frágil estado de salud, es inevitable pensar en lo peor.
Greaves es una institución en Inglaterra, pero sobre todo en el Tottenham Hotspur. Comenzó su carrera profesional en el Chelsea, jugó en la 1961-62 en el Milan y volvió a Reino Unido para hacer historia entre los 'spurs', antes de retirarse, en 1971, tras dos temporadas en el West Ham.
En sus nueve temporadas en el Tottenham Jimmy Greaves disputó 321 partidos, anotando 220 goles, lo que le convirtió en el máximo goleador de la historia del club, un registro que a día de hoy sigue esperando al futbolista que lo supere (Kane lleva 181 goles en 278 encuentros, siendo el único candidato viable en estos momentos).
También es historia de la Selección Inglesa. Con los 'pross' jugó 57 encuentros, en los que celebró 44 goles, siendo aún a día de hoy el cuarto anotador más prolífico del combinado de los tres leones.
El Tottenham anunció la preocupante noticia a través de las redes sociales. "Podemos confirmar que nuestro máximo goleador Jimmy Greaves está siendo tratado en el hospital. Estamos en contacto con su familia y le proporcionaremos más actualizaciones a su debido tiempo. Todos en el club envían sus mejores deseos a Jimmy y su familia", escribió el club londinense.
April 7, 2020
Greaves se retiró a comienzos de los años 70, con 31 años, pero no se desvinculó del fútbol. Nunca pasó a los banquillos, sino que se decantó por la retransmisión deportiva, con un estilo único, llano, campechano, que encandilaba al público pero disgustaba a sus jefes.
En 2012 sufrió un infarto leve que le obligó a pasar por quirófano. Fue el primer susto, pues en 2015 sufrió otro, mucho más severo, el cual le incapacitó para volver a hablar.
En 2016, una de las últimas veces que se le vio en público, Jimmy Greaves seguía recuperándose de su último infarto, el cual le había postrado en una silla de ruedas, de la que no parecía posible que pudiera levantarse nunca más. Pese a ello, Greaves siguió luchando, y a buen seguro que sigue haciéndolo.