Su debut como 'culé' en Liga en San Mamés ante el Athletic Club dejó mucho que desear. En Bilbao, no asomó ni un ápice de aquel futbolista que en el Atlético aspiraba por autoproclamación a ser uno de los mejores del mundo junto a Messi y Cristiano.
Una semana después, el destino ha querido que Griezmann, protagonista de ese encuentro agridulce en el País Vasco, sea la gran esperanza del Barça para comenzar de buena manera su andadura liguera como local en el Camp Nou.
El francés tendrá toda la responsabilidad del ataque del cuadro de la Ciudad Condal ante el Betis en una oportunidad magnífica para demostrar su valía.
Sin Messi, sin Suárez y sin Dembélé; con el nombre de Neymar pululando en los pasillos del estadio azulgrana y con todas las miradas puestas en él.
Una ocasión bárbara para salir de dudas, para separar el grano de la paja y ver de qué pasta está hecho el '17' azulgrana.
Y es que el galo portará una 'mochila' muy pesada a la que se añaden además las piedras del 'show' del de Macon de hace un par de veranos (su famosa 'decisión') y los 120 'kilos' desembolsados por el Barça por él.
Solamente queda por ver qué hace el bueno de Antoine: si este domingo da un paso adelante con el que se meta a la afición en el bolsillo o, por el contrario, si deja escapar la ocasión y sigue bajo la lupa hasta el próximo duelo. La pelota, sobre el tejado de Griezmann.