El sorteo celebrado este jueves en Mónaco emparejó al conjunto blanco con un semifinalista que presume de haber tumbado al Barcelona, en una remontada histórica en el Olímpico de Roma.
El combinado de Di Francesco, que naufragó ante el Liverpool a las puertas de Kiev, confía en dar el salto de calidad definitivo esta edición tras apuntalar la plantilla durante el mercado veraniego.
El flamante campeón de Europa comenzará la defensa también en Moscú, donde le esperará un CSKA que hará del Arena CSKA su mayor arma para intentar alcanzar los octavos de final.
Capricho del destino, los de Chamartín tendrán que viajar, además, a la República Checa, donde le recibirá el Viktoria Plzen que, a priori, será el rival menos complicado del Grupo G.
Sin Cristiano Ronaldo ni Zinedine Zidane, el Real Madrid se encomienda a Julen Lopetegui y el nuevo estatus de Gareth Bale para agrandar su leyenda y alzar la cuarta Copa de Europa consecutiva, la decimocuarta de su historia.
30 de agosto de 2018