Nadie contaba con un inicio así del campeón inglés en la competición europea. Por ello, no es de extrañar que algunos aficionados acusaran el golpe. Como la propia hija de Pep Guardiola, que rompió a llorar en el palco tras el 1-2 final.
Las cámaras que hacían un seguimiento al entrenador catalán captaron esa imagen final con el padre haciendo gestos cariñosos a la niña, quien lloraba sin consuelo.
Antes de bajar al vestuario a hablar con sus jugadores, tuvo un trabajo más complicado el de Santpedor, quien en todo momento estuvo encima de su hija para que entendiera que solo era una derrota y que la competición acababa de comenzar.
Guardiola ya había tenido una noche tensa. La sanción que arrastraba de la pasada temporada le llevó a ver el choque desde la grada mientras su segundo, Mikel Arteta, dirigía desde el banquillo.
20 de septiembre de 2018