Balaídos vivió un partido que bordeó el aburrimiento, pero a base de errores defensivos se fue recuperando hasta llevar al éxtasis al Celta y al borde del precipicio a un Valencia que sigue sin mostrar síntomas de mejora con Prandelli a los mandos.
Intentó innovar en el once el técnico italiano, pero la apuesta acabó saliendo rana. Y eso que se adelantaron en el marcador gracias a un penalti transformado por Parejo. El Celta, que ofrecía infinitas facilidades atrás, salió a flote gracias a un soberbio golazo de Roncaglia, que igualó la contienda antes del descanso.
Sobrevivía el Celta a su particular recital de errores defensivos. Pero la cosa no mejoró pese a la previsible bronca de Berizzo en vestuarios. El Celta era un flan atrás y el Valencia llegaba con suma facilidad al área de Rubén, que evitó el segundo en un par de buenas intervenciones. Rodrigo, Parejo o Nani lo tuvieron en sus botas, pero tampoco es que sobre la dinamita en Mestalla.
Y entonces le entró la flojera al Valencia. La intensidad de Guidetti bastó para hacer flaquear a una defensa más cara que segura. Empanada monumental y salvador Alves en un mano a mano con Guidetti. Pero el Valencia seguía en su nube, y el Celta sacó el córner como si estuviera en un entrenamiento.
Jugada de manual y cabezazo perfecto del sueco para colocar el 2-1. Con la remontada en el bolsillo, el Valencia era un barco a la deriva ante un Celta que apostó por no jugar más. Incluso así tuvo el tercero, pero no llegó. Los de Berizzo respiran y el Valencia se va al parón con las mismas dudas que al último. Prandelli tiene trabajo, pero habrá que ver si cuenta con herramientas suficientes para terminarlo...