Gurpreet Singh Sandhu llegó al Stabaek noruego en 2014. El arquero, de 24 años, ha trabajado duro para tener su oportunidad y le llegó el pasado 29 de mayo en un partido ante el Start, en el que mantuvo su puerta a cero.
Eso lo podría convertir en un ídolo en su país, la India, que es el segundo más poblado del mundo. Sayouba Mandé ha sido el amo y señor de la meta del Stabaek desde que el arquero llegó al club en agosto de 2014, procedente del East Bengal de su país.
En una entrevista concedida a 'FIFA.com', el futbolista dice, con orgullo, que jamás tiró la toalla. "Demostré mi compromiso desde el primer día que llegué a Noruega. No quería arrojar la toalla. Mi deseo era evolucionar y llegar a ser capaz de jugar a este nivel", aseguró.
Eso sí, no ha sido fácil. De hecho, hubo días en los que, según ha admitido, le dieron ganas de dejarlo, pero se repuso. "Hubo días en los que pensé que no merecía la pena. Echaba de menos mi casa y me preguntaba qué hacía aquí. Pero estaba preparado y seguí adelante, a sabiendas de que era lo correcto. Creo en hacer lo correcto y en hacerlo bien. A menudo, la gente prefiere tomar atajos, especialmente en la India. Yo quiero que los jugadores jóvenes aprendan a ir por el camino difícil, porque es el que les llevará más lejos”, afirmó en 'FIFA.com'.
Por último, se lamentó de ser el único futbolista indio que juegue en Europa. “Debutar me hizo sentir orgulloso, pero, sinceramente, me entristece ser el único futbolista indio que juega en Europa. Esto demuestra que vamos rezagados. Las mejores naciones asiáticas cuentan con un buen puñado de jugadores en campeonatos de distintos países, lo que evidencia que nos queda mucho trabajo por delante”, concluyó.