Mientras en Europa se debate si el VAR realmente ayuda o no, si ralentiza las decisiones más de la cuenta, cada día queda más claro que la tecnología debe estar presente en el fútbol. Si no, que se lo digan al defensa de del Palmeiras Gustavo Gómez, que nunca creerá el penalti que pitaron en su contra ante el Cruzeiro.
La jugada no admite duda alguna. Y aunque el fallo de apreciación es compañero de viaje de los árbitros, cuesta creer que el colegiado Freitas da Silva metiera en el área una infracción que tuvo lugar más de un metro fuera.
Gustavo Gómez llegó tarde a la bola y en un acto reflejo se la jugó. Pese a sus protestas, no hubo manera de convencer al colegiado. Federico Mancuello transformó el lanzamiento y puso el 0-1.
La jugada viene a sembrar más polémica, y es que Cruzeiro también se benefició hace unos días de un fallo arbitral cuando Dedé fracturó sin querer la mandíbula de Esteban Andrada y acabó expulsado por ello.
Para más inri, hace 20 días Palmeiras y Cruzeiro se enfrentaron en la Copa Brasil y a Palmeiras le anularon mal el tanto del empate en la prolongación.
Al menos esta vez no le costó caro, puesto que los locales acabaron remontando para llevarse el partido por 3-1.
Precisamente, Gustavo Gómez se cobraría su particular venganza anotando el último gol... desde el punto de penalti.