El Bayer cocinó su victoria a fuego lento, aunque amenazó con quemarse por momentos. Pero no lo hizo. Más bien al contrario. Los de Leverkusen pasaron por encima de sus rivales de Bremen, a los cuales hunden un poco más en la tabla.
El Werder Bremen va camino de ser uno de esos históricos de la Bundesliga destinados a caer al pozo de la segunda. Cayó el Stuttgart, cayó el Hamburgo, cayó el Köln y este año parece que caerá el Werder.
Este partido lo evidencia. Ha vuelto del parón tan mal como se fue, por mucho que su último partido fuera un empate en Berlín ante el Hertha. El Bayer, en un Weserstadion vacío, explotó sus carencias y acabó goleándole.
Eso sí, la primera media hora de juego no pasará a los anales de la historia. El Bayer manejaba el balón, pero sin arriesgar lo más mínimo. El Werder se limitaba a esperar el error y contragolpear. Y así pasaron los minutos, lentos, perezosos.
Y entonces, a los 28 minutos, tras cocinar a fuego muy lento su ocasión, el Bayer hizo saltar el cerrojo de once hombres con el que defendía el Werder.
Diaby, que pasó de jugar en la izquierda a la derecha por puro aburrimiento, defenestró a Friedl con un cambio de ritmo y puso un balón medido al segundo palo para que Havertz, reconvertido hoy a falso nueve, cabecease a puerta, pillando a contrapie a Pavlenka, haciendo el primero de la noche.
El Bayer, sin embargo, no pudo disfrutar mucho de su ventaja, porque en la siguiente jugada empató el Werder. En uno de sus pocos acercamientos los de Bremen forzaron un córner, y Bittencourt lo puso tenso, al primer palo, donde Gebre Selassie, sin saber muy bien cómo, remató de espuela y empató el partido.
Y de nuevo, la alegría duró poco en el Werder, porque sí, en la siguiente jugada marcó el Bayer. De nuevo Diaby, pero en esta ocasión forzando la falta de Friedl que Demirbay colgó al área, y que Havertz, completamente libre de marca, cabeceó para hacer el 1-2.
El Werder, pese a todo, aguantó el tipo, y al filo del descanso gozó de un par de oportunidades para empatar de nuevo, pero le falló la puntería. El partido se fue 1-2 al descanso, y la segunda parte se reanudó con otro ritmo.
En el segundo tiempo el Bayer salió decidido a sentenciar, algo del todo inesperado por un Werder visiblemente descolocado por la agresividad de un rival al que esperaban más conservador.
Como resultado, en el 61' el Bayer abrió hueco en el marcador, al asistir Diaby para Weiser, quien de nuevo de cabeza sencentió el partido y evidenció el caos defensivo que reinaba en el equipo rival.
Ese tanto terminó de matar al Werder. Fue anímicamente demoledor, y el cuarto no tardó en llegar, un gol de bella factura de Demirbay, con amague y picada ante Pavlenka tras romper líneas con un pase medido Bellarabi.
Aún pudo haberse ido con una renta mayor el Bayer, pero no lo hizo. El 1-4 ya fue suficiente castigo para un Werder Bremen que debe ponerse las pilas cuanto antes, o se verá abocado al descenso.