Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y el Córdoba este domingo no solo no la ha perdido, como muchos ya temían, sino que ha salido reforzado.
Porque los de Rafa Navarro, conscientes de que este partido era a vida o muerte, lucharon desde el principio por llevarse la victoria y tres puntos de oro que le dieran un aire que llevaba mucho tiempo necesitando.
Un Córdoba impetuoso
Los blanquiverdes salieron sin dudas, a tope, con ganas. De hecho, viendo su juego en la primera mitad de los primeros 45 minutos, no parecía que el que equipo que llegaba tan necesitado a la cita era el andaluz.
El Córdoba apretó desde el minuto uno y se encontró con el gol muy pronto. Lo hizo en el minuto 5, mediante Piovaccari, que batió a Manolo Reina sin mucho ángulo después de una gran diagonal de Andrés.
No se relajaron por ello los locales, que siguieron avasallando a un Mallorca desconocido, ya que suele mostrarse sólido. No disfrutó de su primera ocasión clara en el 25', pero Lavín hizo gran parada para evitar que Salva Sevilla consiguiera el empate.
Sin embargo, poco a poco, el cuadro insular consiguió hacerse con el control del partido y contener al Córdoba, que tuvo una inmejorable oportunidad para aumentar distancias cuando el árbitro pitó penalti sobre Andrés.
El delantero recogió un rechace e hizo un primer amago, pero en el segundo lanzamiento Sastre les molestó de forma clara. No lo aprovechó De Las Cuevas, que quiso ajustar tanto el tiro que se le fue alto.
Montaña rusa
Mucho más movida fue la segunda mitad. Vicente Moreno, en busca del empate, dejó al descanso en el banquillo a Baba y Aridai entró al campo.
Ya sin un dominador claro, con bastante pérdidas de balón y con el Córdoba con una marcha menos, el conjunto visitante consiguió poner tablas en el minuto 61.
Fue precisamente Aridai el autor del gol marcando a placer tras una asistencia de Lago Junior. El balón entró llorando, pero entró, en una acción en la que el Córdoba volvió a mostrar sus carencias atrás y en la que pidió fuera de juego del costamarfileño.
Parecía que todos los fantasmas del Córdoba volverían a aparecer, pero poco le duró la alegría al Mallorca. Piovaccari volvió a ponerse la capa y marcó el segundo en el 66', con un buen remate de cabeza.
Y la esperanza se instaló definitivamente entre la afición blanquiverde cuando, en el minuto 74, De Las Cuevas se redimió y consiguió el 3-1 con un golazo. Mandó el balón a la escuadra.
Pero no todo estaba dicho. El encuentro se convirtió en una montaña rusa y hubo de todo. Andrés se marchó lesionado, con problemas musculares, y Vicente Moreno fue expulsado por protestar.
También hubo miedo cuando el Mallorca anotó el 3-2 con gol en propia meta de Álex Menéndez y cuando el asistente mostró la tablilla con los seis minutos de añadido.
El Arcángel contuvo la respiración todo ese tiempo. Porque el Córdoba pudo sentenciar con el cuarto, pero no lo hizo (Sastre bloqueó el tiro de De Las Cuevas), Miguel Flaño sacó una pierna ante un quiebro de Aridai y Lago Junior la mandó al larguero en el último suspiro.
Finalmente, los tres puntos fueron para el conjunto andaluz, que se queda penúltimo con 26 y aún tiene pendientes los tres del Reus.