Ni siquiera que la última acción del encuentro fuera el tanto salvador del belga dejó alegrías en Stamford Bridge, donde este año están hartos de sinsabores. El empate escuece menos que la derrota, pero tira por la borda una opción magnífica para asaltar las cuatro primeras posiciones.
El equipo de Sarri saltó al terreno de juego conociendo la derrota del Tottenham, que partía a cinco puntos, y a expensas del duelo fratricida entre United y Arsenal, sus dos predecesores. Pero se estrelló contra el muro de Nuno.
Porque, más allá de su errático año, el equipo londinense expuso mucho más y apiló ocasiones de sobra para haberse quedado con los tres puntos. La mala puntería y las intervenciones Rui Patricio lo evitaron.
De hecho, en una acción sin aparente peligro, un despeje en área propia, el Wolverhampton construyó un contragolpe que cuajó pese a hacerlo en inferioridad numérica.
Raúl Jiménez se plantó ante Kepa. Justo cuando disparaba, llegó Azpilicueta, que convirtió su intento por despejar en un balón envenenado que despistó al portero lo suficiente para evitar la parada.
Quedaba media hora por jugarse, así que el Chelsea puso más carne en el asador aún. Higuaín, que tuvo varias ocasiones durante la tarde, lo rozó en varias ocasiones, pero no hubo manera.
Cuando el drama parecía consumarse, apareció Hazard con un eslalon en la frontal del área que culminó con un tiro fuerte y pegado al poste izquierdo.
Ahí murió el partido y los dos se marcharon frustrados a casa.