En la pelea de Kinsasa (República Democrática del Congo), conocida como 'Rumble in the Jungle', Ali adaptó una estrategia sorprendente: se presentó a merced de Foreman, aunque realmente estaba plenamente protegido. Al final, el desgaste pasó factura y la reacción de Muhammad fue letal. Ganó. Pasó a la historia.
Ayer, en el derbi barcelonés, los espectadores pudieron ver algo similar. El planteamiento del Espanyol era defensivo en la primera mitad, con un cambio de dibujo a un 4-5-1.
Las ocasiones eran mínimas y el choque era un monólogo del Barcelona. "Convenía que el desgaste lo hiciera un cierto tipo de jugador antes del descanso", explicó el técnico blanquiazul.
En la segunda, el entrenador españolista sacó a Baptistao. El Barcelona, que suele lucir su aguijón en las segundas mitades, se enfrió. Y entonces llegó el punto de inflexión claro. Un penalti en contra: lo paró Diego López. En el peor momento, cuando el Espanyol parecía noqueado, emergió de la lona para sorprender.
Como Muhammad Ali en Kinsasa, los blanquiazules rompieron los pronósticos y encendieron el RCDE Stadium. Y la mayor pegada del Barcelona, virtud que también se le atribuyó a Foreman en el histórico combate, también se diluyó. En la segunda parte, no apareció Messi ni ninguno de los estiletes azulgranas.
Está claro que el Barça es el favorito. También que un partido así, con un experimento tal, funciona a ratos. "Debes tener suerte", reconocía Quique Sánchez Flores. Pero, al final, resultó.
Sea como sea, más allá de que si el Espanyol, se mete en semifinales o no, el triunfo ya es historia 'perica'.
El técnico de Espanyol, amante de las citas de Phil Jackson, ex técnico de los Lakers, en sus libros, podría tomar nota de otra, también ilustre, de Ali: "Imposible no es un hecho. Es una opinión. Imposible no es una declaración. Es un desafío. Imposible es potencial. Imposible es temporal. No hay nada imposible".