En un comunicado, la unión de árbitros denunciaron "la agresión cobarde" contra su colega y anunciaron una huelga indefinida "en señal de solidaridad" con él.
Tzilos fue agredido la mañana del miércoles por tres encapuchados a la salida de su casa y tuvo que ser hospitalizado.
En los últimos diez años, 27 árbitros griegos han sido víctimas de agresiones físicas, de vandalismo contra sus bienes e incluso de ataques con explosivos, sin que ninguno de los responsables haya sido detenido.
El fútbol griego atraviesa una crisis de credibilidad crónica, con acusaciones de partidos amañados y enfrentamientos graves entre aficionados de los clubes.
El Gobierno tuvo que suspender los campeonatos profesionales durante varias semanas en dos ocasiones en los últimos años (en 2015 y en la primavera pasada) y, en un esfuerzo de sanear el fútbol, pidió a la FIFA tomar las riendas de la Federación Griega de Fútbol (EPO).
La primavera pasada, el presidente del comité de la FIFA para supervisar la EPO, Herbert Huebel, recomendó incluso la expulsión de los clubes griegos y de las selecciones nacionales helenas de las competiciones internacionales, tras la invasión en el campo por parte del presidente de PAOK de Salónica, Iván Savvidis, portando un arma en el cinturón y acompañado por su guardaespaldas, en un partido contra el AEK de Atenas.