"No he hecho nada". Esa frase, pronunciada insistentemente sobre el césped de Mestalla cuando Flex Brych le mostró la tarjeta roja, es la última frase en público que se le recuerda desde el pasado miércoles. Cristiano ha iniciado una huelga de silencio desde entonces.
Ya en zona mixta se dejó ver bastante cariacontecido, aunque no se paró a hablar con los medios, ni siquiera con los desplazados desde Italia.
Ni siquiera a través de sus redes sociales se ha pronunciado el jugador portugués, al que la expulsión le ha dejado bastante tocado. Consciente del ruido montado en torno a su figura, prefiere centrar todos sus esfuerzos en el próximo partido, que le enfrentará este domingo ante el Frosinone.
Hablar en el campo es lo que pretende la estrella de la Juventus. Y la mejor manera de desquitarse de una de las noches más dolorosas que ha tenido que vivir como profesional.
Trabajar y no hablar es la manera que ha elegido Cristiano Ronaldo para canalizar tanta rabia que le ha dejado el partido de Mestalla.
De hecho, en el día de descanso programado tras el último partido el luso se personó para ejercitarse y seguir afinando su puesta a punto.