El Fuenlabrada se dispuso sobre el Heliodoro López con una estrategia de presión alta e intensa. Funcionó en los primeros compases, cuando con más calma pretendían jugar sus rivales, pero López Garai se dio cuenta y ordenó a los suyos que fueran más directos.
No sin antes recibir un par de ocasiones de los visitantes, que llegaron a resultar ciertamente asfixiantes cuando les salía bien su plan. Este acabó neutralizado pronto en cuanto los 'chicharreros' supieron cómo manejarlo a su antojo, aunque sus elaboraciones no fueron perfectas.
Ello propició un clima de superioridad por parte de los canarios, no sin errores, pues aunque el ímpetu madrileño fue menos efectivo, sí que sirvió para recuperar varios balones. La batalla estuvo tan candente en las pizarras que no se contemplaron muchas oportunidades claras sobre el verde.
Los de Mere no renunciaron a su alta presión y el cansancio empezó a hacer mella en sus filas. Las labores defensivas empeoraron y la capacidad ofensiva del conjunto desapareció. Fueron los isleños los que llevaron la voz cantante con incesantes llegadas al área rival.
Cuando todo indicaba que iban a ser los locales los que marcarían tras un bombardeo a la meta de Riba, Salvador hizo saltar la sorpresa aprovechando un error defensivo contrario. El revulsivo estaba fresco y esquivó a los dos centrales para ajusticiar a Ortolà con la zurda.
Se instauró el estado de alarma en el Heliodoro y los isleños intentaron por todos los medios empatar, pero el Fuenla se sirvió de una defensa férrea para canjear los tres puntos que consiguió un Salvador que estuvo inmenso desde que ingresó al terreno de juego.