Ibra podría cambiar de aires otra vez pronto. Ha decidido que su etapa en el Milan, la de su glorioso regreso, solo durará una temporada. El sueco se irá del equipo a final de este curso debido a sus desavenencias para con algunas decisiones que se han tomado en los despachos.
'La Gazzetta dello Sport' explica que el sueco no esta contento con las posibles marchas de Boban y Maldini, directivos clave en el plantel y leyendas del club. Esto se suma a que su relación con Gazidis, ejecutivo vital del organigrama 'rossonero', no pasa por su mejor momento.
Esta tesitura es lo que ha provocado que Zlatan no se sienta cómodo. La consecuencia es clara: no quiere seguir en el conjunto. Lo tiene todo de cara para lograr lo que desea, pues, al volver a la Serie A, firmó contrato solo por una campaña. En cuanto finalice la actual, quedará libre.
Una vez llegado a ese punto, el futbolista tiene dos opciones por delante. La primera es seguir sobre el terreno de juego metiendo goles. Para ello, el Monza es de los más interesados. La segunda es pasarse a los banquillos, algo que ya tiene en mente desde hace tiempo.