Si el Inter quiere aspirar a mantener a Icardi, no puede permitirse el lujo de abandonar la Champions a las primeras de cambio. Lo tenía todo de cara el cuadro de Spalletti, que no pudo pasar del empate en casa ante un PSV que prácticamente acudió de turismo a Milán. Lucas Moura marcó en el Camp Nou y el Giuseppe Meazza tocó fondo.
Lo tocó la afición y también Mauro Icardi, que no escondió su frustración al término del encuentro. Volvió a mojar el capitán interista, el gran clavo ardiendo. Igualó el partido y dio alas a su equipo, que no le acompañó como tantas otras veces. Icardi es muy bueno, pero se le ha visto demasiado solo durante toda la Champions.
Los números así lo reflejan. De los seis goles del Inter, cuatro llevaron la firma del argentino. Sus tantos dieron puntos ante el Tottenham, PSV -en ambos encuentros- y Barcelona. Sin sus goles, el Inter solo hubiera sacado dos puntos en vez de los ocho que terminó abrochando. Igualmente, la tropa de Spalletti se hubiera quedado fuera.
Ahora le quedará el consuelo de la Europa League, pero Icardi está para mucho más que eso. Tiene 25 años, toda la carrera por delante... y los grandes no paran de llamar a su puerta. Su renovación, estancada. Su club, sin soluciones para alcanzar los títulos. O mucho cambia la cosa o Icardi, parece, tomará otro sendero más pronto que tarde.
Desde la 2014-15, el punta ha convertido 27, 16, 26 y 29 tantos. En esta, Icardi ya suma 12. Adora al Inter, siempre lo ha hecho público, pero el hartazgo es el peor consejero para un futbolista. Sin trofeos, Icardi no estará nunca bajo los focos. Sin la Champions, el Inter puede ir despidiéndose de su estrella.