Sergiño Dest (Almere, 2000), 19 añitos, es un trilero del fútbol. Quien lo viera en acción sin saber de él jamás imaginaría que hablamos de un lateral. En cualquier zona en la que se desempeñe se asoma un jugador de arabescos como solución, no como ostentación. Su condición de ambidiestro es la otra cualidad que le convierte en maestro del engaño. Hasta el nombre induce a error: no es brasileño, es hijo de un norteamericano y una neerlandesa.
Y podría haberse quedado en esa suerte de jugador exhibicionista sin rigor competitivo de no haber caído en la cantera del Ajax, donde recondujeron su talento a la versatilidad. Hablamos de un lateral 3.0, pues no solo defiende y ataca con gran recorrido, sino que empeña la misma soltura en la banda derecha y en la izquierda.
La temporada 19-20 ha alumbrado un debut inevitable, pues ha acumulado 35 encuentros entre Países Bajos y la Selección Estadounidense, la cual eligió para disgusto de Koeman. Además, con dos goles y cinco asistencias, según datos de ProFootballDB.
Cuatro de esos pases han sido en la Eredivisie para agenciarse un mérito que ningún defensa menor de 20 años ha mejorado en las grandes ligas (solo le iguala Alphonso Davies): 2,61 centros al área por cada 90 minutos. De ahí que maneje una proyección que podría superar la del actual mejor lateral derecho joven: Alexander-Arnold.
A la hora de defender, su gran punto de mejora, encontramos trazas de Roberto Carlos, pues muchas veces suple sus carencias o lagunas tácticas tirando de velocidad, aunque él es más potente que rápido. Igualmente, muchos de sus aciertos en la zaga parecen provenir de anticipar el movimiento del rival por poseer más alma de delantero que de defensa.