Pasada la hora de partido, una decisión de Gil Manzano encendió los ánimos de Andrés Iniesta. El partido iba 0-4 para los 'culés', pero eso no importó en ese preciso instante.
Se vio, por un momento, la cara más competitiva de Iniesta, después de llevarse una patada que Gil Manzano no sancionó ni con falta. Alzó la voz ante el colegiado y le recriminó de forma ostentosa una acción. Vio la amarilla por ello, como era de esperar.
" En el minuto 66 el jugador (8) Iniesta Lujan, Andrés fue amonestado por el siguiente motivo: por hacerme observaciones de orden técnico", escribió el colegiado extremeño en su acta.
Lo que no escribió, porque no procede, pero que las cámaras sí captaron, fue lo que sucedió a continuación. La demostración de que Andrés Iniesta es un caballero de los que ya no quedan sobre el terreno de juego.
Tardó unos segundos, quizá un minuto en tranquilizarse. En darse cuenta de que su actuación no había sido la correcta, impropia del capitán. Que con sus protestas y malas formas no iba a cambiar el resultado de la decisión arbitral.
Y pidió perdón a Gil Manzano por las formas en que se dirigió a él segundos antes. Fue un detalle que pasó inadvertido en la gran noche de Andrés Iniesta, en la que quizá jugó su última final como azulgrana.