El partido se orquestó como una batalla táctica entre Andoni Iraola y Víctor Sánchez del Amo. El segundo propuso un centro del campo muy poblado para tener el control de la pelota y seguridad atrás. Ello funcionó en los primeros compases, en los que Adrián y Boulahroud tuvieron ocasiones para marcar.
Pero el técnico rival se dio cuenta y ordenó a los suyos que presionaran más arriba. Ello complicó la salida de balón blanquiazul e hizo que se cometieran más errores en el centro del campo. Marcos André y Antonio Sánchez fueron los primeros en poner en apuros a la zaga de Martiricos entonces.
La defensa de la Costa del Sol se puso nerviosa y comenzó a hacer faltas. Luis Hernández y Luis Muñoz acabaron la primera mitad amonestados por ello. En este contexto, solo Adrián fue capaz de generar de nuevo peligro, pero la falta de contundencia atrás de los 'boquerones' pudo causar la catástrofe antes del descanso.
El entrenador malaguista no se la jugó y sustituyó a Luis Hernández por Lombán antes de comenzar la segunda mitad. Ello sirvió para dar mas libertad de acción a los defensas. Así, hubo una mejor circulación de la pelota que dio lugar a un córner que aprovechó Sadiku para marcar el primer gol del choque.
El atacante fue el más listo de la clase para cazar un espectacular pase de Boulahroud en un rechace y mandar la pelota al fondo de las mallas de cabeza. Desde entonces, los andaluces trataron de dormir el encuentro, pero el Mirandés no lo permitió y el tanto del empate llegó pronto por obra de Mequelanz, que aprovechó una contra.
En la recta final, los locales estuvieron muy por encima de sus contrincantes para lograr los tres puntos ante su afición. La imprecisión y el gran rendimiento de Lombán, además de una parada providencial de Munir, fueron los motivos por los que, finalmente, hubo tablas en el Municipal de Anduva.