Amaro, campeón de Europa en 1966, analizó el partido que decidirá el nombre del ganador de la máxima competición continental. Uno de los debates, si jugará Bale o Isco, lo zanjó con algo de ventaja para el segundo.
"No tengo que mojarme. Hay que tener en cuenta que Bale lleva sin jugar un mes y está recién salido de una lesión e Isco, con las actuaciones que está teniendo, desde mi punto de vista, inicialmente tiene más posibilidades. Pero en el día a día, en los entrenamientos, quién mejor lo conoce es Zidane", dijo.
También explicó a la prensa, tras el foro Luis de Carlos organizado por el Real Madrid para hablar de las 33 Ligas blancas, que el conjunto blanco llega "muy bien" a la final porque en los dos últimos meses ha conseguido superar momentos complicados para ganar la Liga.
"Es una inyección de moral con la que el equipo va a Cardiff. Respeto al Juventus, su valía y lo que significa el fútbol italiano, voy con mucha ilusión y que nos rematen la temporada con otra alegría", declaró.
"Se ha ganado una Liga que llevábamos cuatro años sin conseguirla. Eso es una inyección de moral para enfrentarse a una final. Hasta ahora ningún equipo ha conseguido ganar dos años seguidos. Está en manos del entrenador y los jugadores ser los primeros", agregó.
Sobre Zidane, comentó que ha conseguido "congeniar bien" con los jugadores y que está cumpliendo un papel "difícil" de igualar. Para Amancio, el técnico francés está "enorme".
Cuestionado por si hay un favorito entre el Real Madrid y el Juventus, avisó de que el cuadro italiano es un adversario "fuerte, duro y experto" que planteará un encuentro complicado en el que los jugadores blancos tendrán que "fajarse y no desesperarse".
"El partido dura 90 minutos. Sobre el papel, posiblemente, en líneas, el Real Madrid pienso que es más completo. Pero eso lo determina el día que tenga cada uno. Los jugadores no son máquinas. Depende del día que tenga cada jugador".
Antes, durante el foro Luis de Carlos, recordó su pasado como jugador del Real Madrid, club con el que ganó 9 Ligas, y evocó el momento en el que llegó al club madridista en 1962. El día en el que se sentó a comer por primera vez en la mesa junto a Gento, Di Stéfano y Puskas, reconoció haber sentido un miedo "terrible".
"Estaba asustado, pero me dieron confianza y me la fui ganando. Ese año gané la Liga. Fue un éxito tremendo y me fui adaptando, y fui ganando todas menos la 65/66, que la ganó el Atlético. Me hace ilusión ver cómo los aficionados homenajean a los jugadores acompañándoles a las celebraciones. Nosotros nos íbamos a casa, como si hubiéramos hecho deberes para ir a descansar", rememoró.
Al respecto, dijo sentir envidia "sana" de como se celebran los títulos en la actualidad, con los aficionados acompañando a los jugadores, y reconoció que en su época, cuando el Real Madrid ganó muchos títulos, probablemente la afición estaba demasiado acostumbrada.
"Gané 9 Ligas en 14 cursos, pero los anteriores jugadores venían de ganarlas también. Lo primero era que sabíamos que había calidad. Pero sin esfuerzo, sacrificio y entrega, no se ganaba nada. Era lo bueno del equipo. Ese es el ADN del Real Madrid, que se ha ido transmitiendo de generación en generación. Ese es el éxito del Real Madrid. No basta con la calidad, hay que luchar y esforzarse.
Asimismo, lamentó que la política se haya introducido en el mundo del fútbol, algo que cuando él jugaba, según explicó, no ocurría.
"Desgraciadamente, lo de ahora, es bastante lamentable. No tiene nada que ver con el fútbol, que es un deporte de competición sano. En el progreso del fútbol, lo único que ha entrado de mala manera, es la política".
Por último, cuestionado por un asistente al acto por si los dos defensas del Granada en los años 70, el paraguayo Pedro Fernández y el argentino Aguirre Suárez, eran sucios, se mostró contundente con ambos, sobre todo con el primero, que le lesionó de gravedad cuando tenía 34 años.
"Fernández y Suárez, entre paréntesis sucios, entre paréntesis, hijos de puta. La lesión de Fernández, que ya tenía 34 años y me quedaba muy poco, fue una lesión criminal. Si a un chaval de 20 se la hace, le habría destrozado su carrera. Por eso no tengo contemplación alguna en expresarlo de esa manera. Han pasado 40 años y podría haberlo dejarlo correr, pero no", comentó.
"Esas acciones, tendría que remontarme a lo que sucedía en Granada. A Granada no quería ir a jugar nadie, ni del Atlético ni del Barcelona, porque era tremendo lo que allí se daba. Se daba sin piedad. Lo que me hicieron a mí, el árbitro tuvo la osadía ni de expulsarle", concluyó.