El golpe de mando del Real Madrid con el triunfo en el Camp Nou frente al Barcelona (1-2) y la remontada europea en el Santiago Bernabéu contra el Wolfsburgo (3-0) no tuvieron como protagonistas a Isco ni a James. Ninguno de los dos jugó un minuto en esos dos partidos, los más importantes del equipo blanco en este último tramo de temporada.
Al que más suelto se le vio fue a Isco, que mejoró mucho con su cambio a la izquierda de Toni Kroos mediada la primera parte. Desde esa posición no cesó de pedir el balón para ganar profundidad con sus regates y poner pases a sus compañeros a la espalda de los centrales azulones.
De Isco fue un disparo a los veintiséis minutos que se marchó fuera por poco y el segundo gol de su equipo, que definió con el exterior del pie derecho tras recibir un balón de Karim Benzema.
El delantero francés, poco antes del tanto de Isco, marcó el primer gol del Real Madrid gracias a un pase de rosca con la zurda de James Rodríguez. Esa acción, que se produjo a los 29 minutos, supuso el despertar del colombiano, que hasta ese momento se mostró lento, algo perdido y poco participativo.
A partir de ahí, James e Isco dominaron el esférico con total comodidad, consiguiendo el malagueño el segundo tanto del encuentro en el minuto 40.
James lo seguía intentando sin descanso, hasta que consiguió su merecido tanto en el minuto 88, gracias a un gran recorte dentro del área que dejó clavados a los defensores del Getafe.