Del ex del Barça y la Selección Española hemos visto todo. Lo posible y lo imposible. El 'Iniestazo' en Stamford Bridge, el gol de la final del Mundial en Sudáfrica... y un sinfín de estampas elegantes. Siempre que consideremos que lleva un balón en los pies.
Y aunque a veces, pocas, se ha enfadado, y hasta visto alguna cartulina amarilla, ha habido que esperar a su última aventura profesional para saber que puede llegar a tener un carácter indómito. El defensa del Oita Trinita lo logró.
En los últimos minutos del partido de su Vissel Kobe, sabedor de que el empate no ayudaba mucho, cometió una falta tras dar una patada a Iwata. Y ahí se desató todo.
Ya la falta en sí sorprendió, por más que fuera presa de la impotencia. Pero entonces el japonés agarró la bola con la mano y le dio un sutil derechazo en el muslo. Enfureció Iniesta, quien le empujó y se encaró con él en reiteradas ocasiones, incluso frente con frente.
Ni que el árbitro viniera a poner paz le calmó. El manchego volvió a buscar a su adversario, le empujó y no paró de decirle cosas. Hasta alguien de su gran bonhomía puede llegar a tener un mal día malo cuando la tensión de la clasificación aprieta, pues solo hay cuatro puntos de ventaja con el descenso.
Eso sí, antes había dejado su sello con una gran acción que sirvió para el empate de Furuhashi.
10 de agosto de 2019