El colombiano parecía con pie y medio fuera de la escuadra durante el pasado verano. Eran muchos los rumores sobre su posible salida. Uno de los que sonó con más fuerza fue el del Atlético de Madrid, pero, finalmente, el futbolista siguió siendo 'vikingo'.
Y es que, además, se hizo con un puesto de importancia en el esquema de su entrenador. Este comenzó a apostar con él en las primeras jornadas del campeonato y la operación se repitió en Champions. Estuvo presente en el 3-0 que les endosó el PSG.
Como es habitual, fue convocado con su Selección para unos partidos y ahí fue donde tuvo que ver frenada en seco su progresión. Se hizo un esguince en el ligamento interno de la rodilla que le ha mantenido apartado de los terrenos de juego hasta la actualidad.
Está apurando plazos para estar disponible cuanto antes, pero tiene otra dura contienda que ganar más allá de lo físico: su puesto. En la zona medular 'merengue', los habituales son Casemiro, Modric, Kroos y Valverde. Alguna vez ha aparecido Isco, pero mucho menos.
El canterano es el 'ojito derecho' de Zidane y está dando un gran nivel, así que será difícil sacarle de su sitio de buenas a primeras. Casemiro es un fijo, incombustible en el centro del campo. Kroos y Modric, las demás partes de la ecuación, son del mismo modo pesos pesados.
Estas circunstancias dejan a James en una complicada tesitura: en la casilla de partida. Ahora tiene que volver a ganarse el favor de su entrenador para empezar a aparecer en las alineaciones de inicio. Si no convence, el mercado de invierno está a la vuelta de la esquina para reactivar su salida.