El equipo emiratí, ha hecho un Mundial de Clubes para quitarse el sombrero, pero estiraron su suerte hasta romperla. Pachuca no es el Real Madrid, pero ha vencido de forma más clara a su rival. ¿Por qué?
El Al Jazira planteó el partido a los 'tuzos' del mismo modo que el del Madrid. Cediendo el balón a su rival, dejándole hacer, y buscando la velocidad de sus atacantes.
Una táctica que funcionó en los tres anteriores encuentros, pero no contra los mexicanos. Desde casi el primer minuto Pachuca merodeó el gol, algo previsible, pero el Al Jazira parecía más frágil que de costumbre.
Quizá el partido contra el Madrid fue un peaje demasiado elevado para los de Ten Cate. El Al Jazira hoy no estuvo a la altura, pese a haber estado tan batallador como de costumbre, le faltó algo de chispa.
La ocasiones para Pachuca fueron llegando, una tras otra, algunas clarísimas, como una de Murillo, quien se tiró en plancha de cabeza a por un balón repelido previamente por el poste.
Pachuca dominaba el encuentro, lo esperado, pero el Al Jazira no lograba salir cómodo al contragolpe. Y en cuanto cometieron un fallo los de Henk ten Cate, Pachuca se puso por delante.
No logró la zaga emiratí cortar un pase entre líneas, y Urreta no perdonó en el mano a mano con Al Sennani. Un tanto que tranquilizó mucho a los mexicanos, que quizá empezasen a pesar, tras llevar casi 40 minutos sin marcar, que el partido se les pudiera complicar como a los 'merengues'.
Y Pachuca se relajó, lo que permitió que el Al Jazira le apretase las tuercas en la recta final de la primera parte. Tras el descanso, más de lo mismo. Pachuca estaba desdibujado sobre el césped, y el Al Jazira buscaba el empate.
Llegó en una jugada enbarullada, que por dos veces bajo palos salvó Pachuca, pero a la tercera fue la vencida, y Al Shamsi igualó la contienda.
El cuadro mexicano, lejos de hundirse o lamerse las heridas, reaccinó con brio, con rabia, y tardó sólo tres minutos en volver a ponerse por delante en el marcador. Fue tras un contragolpe de Sagal que culminó Jara a placer.
Ese gol terminó de desconectar al Al Jazira. Ahora sí que el esfuerzo había sido demasiado. No era su día, estaba claro. Tras el segundo llegó el tercero, de De la Rosa, un chaval de 17 años que debutaba en el Mundial de Clubes en ese momento.
Y, finalmente, el cuarto, tras un inocente penalti de Obaid que Sagal, el mejor de Pachuca hoy, convirtió no sin suspense, porque Al Sennani a punto estuvo de tocarla.
Pachuca hizo más méritos que su rival para ganar el partido y ser tercero, pero el premio para el Al Jazira era jugar esta final de consolación. Todo el mundo recordará cómo hizo amargó al Madrid durante más de una hora, y no que Pachuca le metió cuatro en el partido que nadie quiere jugar.