Con fortaleza, con garra, con calidad. Así salió el Girona ante su afición para meter al Valencia en su área y poner a los 'ches' contra las cuerdas en cada jugada de ataque que rozaba el gol.
Lo intentó sin descanso el Girona durante todo el encuentro, siendo dueño y señor del partido durante la primera mitad del duelo. El Valencia achicaba agua como buenamente podía, gracias a un ángel disfrazado de portero que salvó una y otra vez a su equipo de la derrota: Jaume Doménech.
Pese a que tuvo en sus manos el gol el Girona, la primera mitad se consumió con la igualdad inicial presente en el marcador catalán, tras 45 minutos en los que los gironistas merecieron mucho más que los valencianistas.
Doménech se disfrazó de ángel
Ya en la segunda parte, el Valencia salió mucho más enchufado arriba, buscando sin descanso la portería defendida por Bono. Entre el guardameta rival y la zaga catalana, los 'ches' consumían todas sus ocasiones sin conseguir alterar el marcador.
El Girona no se encerró en su campo y siguió acechando la portería rival sin descanso. Ocasión tras ocasión, el Girona acariciaba el gol, pero un muro llamado Doménech sacaba sin descanso todos los balones que se acercaban a su portería.
Sin duda, el guardameta valencianista fue uno de los héroes de la tarde para los 'ches', liderando una victoria importantísima en el Municipal de Montilivi, junto al goleador del encuentro, Luciano Vietto.
Jaume lo guisa, Vietto se lo come
El delantero argentino de tan solo 24 años se echó el equipo al hombro y se armó de valor para poner el primer y definitivo tanto del partido en el luminoso, vital para que los suyos se llevaran los tres puntos a casa.
En el minuto 61 de partido, Vietto se hizo con el esférico en su campo, traspasó el centro del campo sin que ningún rival pudiera robarle la cartera, continuó sin descanso hasta bordear el área del Girona y se sacó un zapatazo espectacular que entró como un misil en la portería defendida por Bono.
Al argentino no le hizo falta nadie más, y él mismo se guisó y se comió el tanto que marcaría la tarde en Montilivi, protagonista de la victoria valencianista, pesadilla de un Girona que ya daba por perdido el milagro de jugar la Europa League la próxima temporada.
Gracias al gol de Vietto, el Valencia se mantiene cuarto, con la Champions League en una mano y 70 puntos en otra. Por su parte, el Girona se despide del sueño europeo quedándose con los mismos 48 puntos y bajando hasta la undécima posición.