Jéssica da Silva, la mejor futbolista lusa que sueña con ser mundial

Recuerda cómo cuando era muy niña falleció su padre, por lo que su madre tenía que trabajar en un restaurante de su ciudad natal, Vila Nova de Milfontes (sur de Portugal), para sacar adelante a sus cuatro hermanos.

Sin embargo, su madre se trasladó a la región de Aveiro (norte) y Jéssica descubrió con 15 años que podía jugar al fútbol en algún equipo femenino.

"Yo hacía atletismo y hasta los quince años no empecé a jugar al fútbol", explica la futbolista lusa, que a sus 22 años ya ha sido 60 veces internacional con la selección de Portugal.

"Todo fue muy rápido, empecé a jugar con quince años en la União Ferreirense de Anadia (distrito de Aveiro) y ese año me llamaron para la selección sub-19 de Portugal", recuerda la futbolista.

Diestra aunque acomodada en la banda izquierda donde hace las labores de extremo, afirma que cuando empezó a jugar en las categorías inferiores de la selección nacional se lo tomó "todo muy en serio" para llegar a ser una profesional del fútbol.

Silva recuerda cómo uno de los hitos de su carrera deportiva llegaría un año después de empezar a jugar al fútbol, ya que con 16 años debutó con la selección absoluta femenina de Portugal.

Su vida discurría entonces entre las ciudades de Aveiro y Oporto, donde compaginaba el deporte con los estudios de Secundaria relacionados con las ciencias del deporte.

Su mejor aliada en aquellos años, Paula Pinho, que era su entrenadora personal y con la que vivía en Oporto.

Tras dos exitosas temporadas, fichó por el conjunto de Albergaria (ciudad próxima a Aveiro) y allí se fraguó como uno de los referentes del fútbol portugués.

Después de cuatro temporadas en ese club, en 2014 fue fichada por el Linkoping FC de Suecia, una de las ligas más relevantes del mundo.

Allí estuvo medio año y reconoce que no fue lo que esperaba, ya que "no jugaba mucho y echaba de menos" a su familia.

Sin embargo, su experiencia en Suecia, "a pesar de que era aún muy niña", le sirvió para "crecer como jugadora y deportista".

Regresó al club de Albergaria y al finalizar la temporada 2015-2016 fue distinguida como mejor jugadora de la Liga portuguesa de fútbol femenino.

Concluida esa campaña, fichó para la 2016-2017 por el Sporting Club de Braga, uno de los 'gallitos' de la Primera división de Portugal que cada año compite por el título liguero.

Con el Braga volvió a revalidar su título individual de mejor jugadora de fútbol de Portugal, lo que le valió, entre otras cosas, para que el conjunto español del Levante se fijara en ella y la acabara fichando para la actual temporada 2017-2018.

En Valencia está encantada, le gusta mucho el entorno y, sobre todo, la playa.

Su meta, "ser una referencia a nivel mundial", se define como una futbolista "muy ambiciosa" y quiere que sus hijos conozcan su historia como futbolista.

En relación al fútbol femenino, reconoce que en los últimos años ha habido una revolución muy positiva, ya que los grandes clubes de las principales ligas del mundo están muy interesados en el fútbol femenino.

Jéssica asegura que en un plazo de alrededor de dos años se ve "jugando la Champions", uno de sus sueños.

Y sobre la selección de Portugal, con la que está concentrada desde este domingo, 19 de noviembre, reconoce que "aún" tienen "debilidades" y que trabajan muy bien para algún día estar a la altura de otros combinados como Holanda, Francia, Estados Unidos, Brasil, Dinamarca o España.

Su ídolo -porque no le gusta compararse con nadie- es Cristiano Ronaldo, al que admira por su capacidad de esfuerzo y trabajo.

"No lo conozco en persona", reconoce la futbolista, aunque, ha estado "muy cerca de él" en diferentes concentraciones con la selección, por lo que espera muy pronto cruzarse en persona con el capitán de Portugal.