En unas declaraciones publicadas por la revista 'Panenka', la primera mujer en levantar el Balón de Oro Ada Hegerberg quiso hablar de la actualidad del fútbol. Un repaso por sus inicios como profesional, un poco de denuncia social por la desigualdad todavía presente en los terrenos de juego y un mensaje a la afición post Mundial resumen las declaraciones de una de las mejores jugadoras del planeta.
"De toda mi familia, yo era a la que menos le interesaba el fúbol", comienza una Ada Hegerberg catalogada como la mejor jugadora del mundo. "A los diez años comencé a jugar con chicos, era delantera y me di cuenta de que me encantaba marcar goles. Tras ver el Mundial de 2011 en Alemania, me motivó intentar llegar a lo smás alto y acercarme a eso", prosigue la jugadora internacional noruega.
Pero los comienzos nunca son fáciles, ni para la mejor futbolista del planeta: "Sabía que no podía quedarme en Noruega si quería convertirme en la mejor del mundo. Me fui a Alemania, lo que ya suspuso un gran cambio. Fue muy difícil. Era un fútbol más disciplinado, entrenaba tres veces al día. Lo pasé mal, pero me sirvió de mucho".
"Después de aquello, quería conocer un nivel más alto y en Lyon es donde está. Las condiciones son perfectas. Queremos ganar, pero, sobre todo, jugar bien. Nuestra gran responsabilidad es desarrollar el fútbol femenino para atraer a las jóvenes. No es suficiente con solo ganar", añade.
Ada Hegerberg se convirtió en la primera mujer en conseguir el Balón de Oro, un galardón que la situó como la referencia en el fútbol femenino a nivel global, un hito en la historia, un antes y un después.
"El Balón de Oro que me concedieron no era solo un título para mí, era un título para todas. Es un símbolo. Ha hecho cambiar las cosas. El camino es largo. Es el combate de toda una vida, creo que también el de toda mi carrera", recuerda la noruega sobre el histórico e irrepetible momento.
"Cada jugadora debe motibar ese cambio en las mentalidades. Un periodista me preguntó si yo me dedicaba a luchar por la igualdad o solo era una chica que jugaba al fútbol. Le respondí que era imposible jugar al fútbol y no luchar por la igualdad. No puedes ignorarlo, es algo que vives todos los días", explica una Hegerberg que renunció a jugar el Mundial de Francia con Noruega por los derechos de las jugadoras en su país, pidiendo que se igualaran todos los aspectos al fútbol masculino.
"En Noruega, la igualdad y la democracia son sujetos importantes en la sociedad. Paradójicamente, no se corresponde con lo que ocurre en el fútbol. Durante mis años en la selección, sentía un peso sobre mis hombros, algo que disminuyó cuando decidí dejarla, alcanzando así mi mejor nivel. Desde el principio fui muy clara con la Federación Noruega. No es que no quiera jugar para mi país, ¡al contrario! Lo deseo, lo echo en falta, estoy orgullosa de ser noruega", añade sobre el tema.
Finalmente, Hegerberg quiso lanzar un mensaje a la afición: "El Mundial se disputa solo cada cuatro años, así que es importante mantener la visibilidad para que la gente vaya a los estadios los fines de semana. Tenemos mucho que enseñar durante todo el año".