"Durante el primer minuto tuve la cabeza en las nubes. Estaba sorprendido tras ver que la pelota había entrado. Corrí y empecé a llorar. Desde la última vez que marqué había pasado mucho tiempo, no sabía cómo celebrarlo. No sabía hacer una voltereta como lo hizo Auba. Solo gritaba y abrazaba a todo el mundo", reconoció Julian Weigl a la web de la UEFA.
Explicó lo importante que fue para él, pero también para el equipo. "Tenía que mantener la concentración ya que todavía quedaba media parte por jugarse. Afortunadamente conseguimos ganar. Así que el gol fue incluso más importante después de que encajásemos", explicó.
"Para lograr el marcador final de 1-2, mi tanto nos ayudó a ganar el partido. Es un momento muy especial para mí. Estuve esperando mucho tiempo hasta que lo conseguí", agregó, para finalizar.