Nikola Kalinic apenas ha jugado 34 minutos en competición oficial con el Atlético de Madrid. Suplente en Tallin, Mestalla y ante el Rayo en el Wanda, le llegó la ocasión de vestirse de corto en la visita a Balaídos.
El Atlético jugó un mal partido en Vigo, y el croata no lo mejoró cuando salió. Sus datos de rendimiento en ese encuentro no le dejan en buen lugar.
Saltó al campo en el minuto 56, y con los cuatro de añadido sumó cuarenta, aunque estadísticamente se le cuenten 36. Sólo tocó ocho balones, ninguno para tirar a puerta.
Dio cinco pases, pero sólo dos bien. Saltó a por cinco balones y únicamente se llevó uno. Quizá lo más destacado que hiciera Kalinic fue reclamar un penalti en el tiempo de añadido que ni Mateu ni el VAR tuvieron a bien señalar.
No le queda otra al croata que ponerse las pilas y trabajar. Trabajar para estar pronto al máximo nivel y demostrar a su nueva afición que no es otro error de la dirección deportiva rojiblanca.