Lo recibieron como estrella en el Fenerbahçe y ahora casi parece un apestado. La pasión turca se convirtió en infierno turco. Hasta el punto de convertirse en uno de los casos más flagrantes de 'mobbing' en el fútbol a día de hoy.
El 1 de marzo de 2018, en semifinales de la Copa de Turquía contra el Besiktas, se colocó bajo palos por última vez con su actual club. Y hace casi dos meses le negaron la posibilidad de usar las instalaciones del primer equipo.
Qué ha pasado lo intentó explicar el propio portero en 'Marca': "Cuando llegó el nuevo entrenador, Aykut Kocaman, en noviembre, me excluyó de todo sin ninguna razón. Con Cocu no jugaba, pero tenía ficha. Ahora entreno solo y luego me voy a casa. Espero irme en verano, pero lo haré sin ningún sentimiento".
Huelga decir que el momento anímico que atraviesa en los últimos tiempos es bastante malo, aunque dejó claro que no piensa tirar la toalla en ningún caso.
"Con todo esto te vienes abajo momentáneamente, pero no he pensado en dejar el fútbol. Tengo fuerzas para seguir al más alto nivel y quiero volver a España en algún momento. Es imposible que me quede otro año aquí de esta forma", relató.
Kameni contó que se siente engañado por lo que le vendieron antes de firmar. "El fútbol turco es muy raro, increíble, es otro mundo. Antes de venir, ya me habían comentado algo, pero no te imaginas esto. Te venden mucho humo. Me ha afectado en algunos momentos. Me llegué a preguntar si era tan malo como me hacían ver. Muchas estrellas salen de aquí de mala forma, como le pasó a Van Persie, Pepe, Sneijder o Podolski. No han cambiado para nada", señaló.