Era el primer partido que el Nàstic, en su casa, se enfrentaba no solo al rival sino al Nou Estadi. Y lo hizo de las mejor manera posible, con una victoria 'in extremis' para dar una de las últimas alegrías de la tmeporada.
El Mallorca llegaba al encuentro crecido tras tres victorias consecutivas. Cada vez quedan menos jornadas para el final de la liga regular y todos quieren estar, al menos en el 'play off' de ascenso a Primera División.
Pocos esperaban la reacción del Nàstic tras confirmar su descenso de categoría. Pero ya se sabe lo que pasa en la Segunda División. No hay equipo que no pueda darle un revolcón al rival, como hicieron los catalanes al Mallorca.
Se mascaba la tensión del partido para el cuadro visitante. En menos de 20 minutos el colegiado tuvo que sacar tres amarillas para controlar un ritmo que, por momentos, fue frenético en el Nou Estadi.
Avisó el Nàstic desde los once metros fallando una pena máxima que serviría de preludio al gol de Uche. El delantero nigeriano controló el balón en el área y acabó superando a Manolo Reina.
No quería hundirse el Mallorca, que buscó el premio durante toda la segunda mitad. Poco a poco, sin querer pero sin saber cómo salir de ello, el Nàstic se fue echando hacia atrás para intentar aguardar el resultado.
Tanto fue el cántaro a la fuente que al final se acabó rompiendo. No fue con Budimir a la hora de partido, pues su tanto fue anulado tras un control con la mano. Fue Abdón el que marcó en el tiempo añadido, dando una vida extra en la ardua lucha por entrar en el 'play off'.
Parecía todo abocado a un empate que no dejaba contento a nadie. Pero Kanté quería dar una de las últimas alegrías. Si su homólogo en el Chelsea está lesionado, el del Nàstic salió del banquillo con todo el ímpetu para que el Nàstic pudiese conseguir los tres puntos.