En la pequeña isla del Pacífico, los algo menos de 300.000 habitantes que la pueblan celebraron un referéndum histórico: decidir si se escindían o no de Francia, país del que dependen administrativamente. Y su ilustre ciudadano Christian Karembeu, se mojó al respecto.
Ganó el "no", seguirán anexionados al país galo. Aunque lo exiguo del margen en la votación, un 56,4% frente al 43,6%, dejó claro lo dividido que está el país.
"La palabra independencia está obsoleta. ¿Seremos independientes de qué? Hoy tenemos una nueva generación que no ha experimentado violencia y este deseo de independencia. No importa si sale sí o no el domingo. El futuro es lo que me interesa. Hay que enseñar la historia del país en los colegios y los políticos tienen que ofrecer ideas globales", comentó el que fuera campeón del Mundo con Francia.
Siempre fue un símbolo en su tierra por erigirse en el más ilustre de todos los paisanos merced a su carrera futbolística, así que ahora su opinión también es muy tenida en cuenta en asuntos políticos.
"La independencia es ser libre, pero juntos. No significa separar. Algunos partidos políticos abogan por estas ideas, con una separación de comunidades. Pero está completamente mal. La independencia significa querer ser libre en relación con un sistema o un gobierno y querer estar reunidos en un país que construido juntos durante años y años. Vivimos en este país. Podemos convertirlo en un modelo en el Pacífico", dijo en una entrevista con 'Franceinfo'.
Esa relación de dependencia administrativa con Francia no le privó de ponerse la camiseta 'bleu', aunque sí de cantar La Marsellesa en los partidos. "Fue difícil defender a Francia con gran orgullo y representar a un país que había matado a familiares y amigos", aseguró al respecto.