Keylor Navas se ha convertido en el nuevo Santo del Real Madrid. El costarricense ha sabido ocupar el difícil puesto que dejó Iker Casillas y, ahora, defiende su lugar con hazañas tan escalofriantes como las que consiguió Iker con el Madrid.
Paradas de infarto, reflejos imposibles, apariciones salvadoras que se tranforman en puntos para los merengues. Y es que Keylor se deja la piel y el tipo por el Real Madrid y, si tiene que parar, lo hará hasta con la cara.
Se maneja a las mil maravillas a ras del césped del terreno de juego y sus guantes son imanes para los balones que nacen en el punto de penalti.
Keylor es un muro fijo bajo los tres palos blancos. Seguro y líder, trasmite confianza y dirige a sus compañeros para asegurar todos los puntos a balón parado.
La grada corea su nombre con cada parada y, en cada partido que aparece de la nada, justifica de sobra su llegada al conjunto merengue.
En el partido del pasado fin de semana, ante el Levante, se pudieron contar hasta cinco acciones decisivas de Keylor. Para destacar, el balón que le sacó a Deyverson, tras un cabezazo picado que colocaba el esférico ajustadito al palo izquierdo de la portería.
Pero Keylor se estiró como una fiera y cortó un gol más que cantado en un momento crucial del partido, nada más marcar Marcelo, que significó el comienzo de la jugada que desembocó en el segundo tanto del Real Madrid.
El recital del arquero de Costa Rica continuó durante todo el encuentro. Ya es habitual ver a un Keylor salvador, en el mismo papel que se ganó Iker y que acostumbró al Madrid a paradas imposibles para simples mortales.
Keylor ha recogido el testigo de manera espectacular y 'La Pantera' ya desespera a los delanteros rivales en cada partido. Keylor es el nuevo Santo.