La Roma estaba goleando a placer al Viktoria Plzen, cuando en el minuto 73 llegó Justin Kluivert para aprovechar un fallo de Kozacik a la hora de despejar un disparo de Under.
El hijo mayor del mítico delantero holandés no perdonó a puerta vacía y anotó su primer gol como futbolista de la Roma, en su quinto partido con la zamarra 'giallorossa'.
Lo celebró, de forma comedida porque, aunque fue su primer gol, en el fondo era el cuarto ante un equipo que apenas estaba oponiendo resistencia. No era plan de hacer sangre ni perder la elegancia.
O quizá porque Justin Kluivert, desde que remató el balón, tenía en mente otra cosa. Quería dedicarle el gol, este gol tan especial para él, a alguien muy especial.
Su gol fue para Abdelhak Nouri, compañero suyo en las categorías inferiores del Ajax de Ámsterdam, aquel joven que, tras desplomarse durante un amistoso de pretemporada por una arritmia, entró en coma y quedó con daños cerebrales permanentes, lo que le obligó a dejar el fútbol.
Un gesto que le honra, sin duda alguna, y que demuestra que, pese al éxito, pese a la gloria, Justin Kluivert no olvida a los suyos.
2 de octubre de 2018