Pese a que se esperaba toda una revolución, lo cierto es que los fichajes (más allá del regreso de los cedidos) escasean en un FC Barcelona en el que Miralem Pjanic es el gran referente en este aspecto.
El centrocampista bosnio ha llegado al Camp Nou procedente de la Juventus de Turín para dar un salto de calidad a la sala de máquinas de un conjunto azulgrana con el que debutó este sábado.
Pjanic tuvo sus primeros minutos como 'culé' ante el Elche en el clásico Trofeo Joan Gamper y, pese a que se fue soltando poco a poco, se le vio falto de ritmo.
Esto era totalmente previsible debido a que el internacional por Bosnia no ha tenido la oportunidad de entrenar como le gustaría este verano debido, en gran medida, al coronavirus. Y es que Pjanic sufrió el COVID-19 antes de incorporarse a la disciplina azulgrana.
Ello ha mermado su preparación y Ronald Koeman, su nuevo técnico, quiso insistir en ello en la rueda de prensa posterior al encuentro. "No se pueden sacar muchas conclusiones sobre su partido porque tiene que trabajar más el físico, ha tenido el coronavirus y no ha podido trabajar", señaló el neerlandés.
Por ello, el entrenador del FC Barcelona espera que Pjanic se ponga las pilas en esta semana previa al inicio liguero e intente al máximo equipararse con sus compañeros en el plano físico antes del comienzo de la competición oficial. Algo que sería vital para el devenir de un Barça en el que el bosnio se perfila como uno de los grandes pilares del equipo.