El West Ham esperaba en casa a un Norwich competitivo. Los visitantes se mostraron superiores en los primeros minutos, tanto es así que el primer tanto llegó en el minuto 9. Robbie Brady recibía el balón y no perdonó.
Mientras, el West Ham trataba de despertar de su letargo. Sakho lo intentaba en el minuto 10, pero estaba fuera de juego. Mientras, el Norwich seguía en sus trece de trenzar jugadas para batir al rival.
Media hora después, el conjunto local lograba recomponerse y Sakho lograba dejar el partido en tablas. Un disparo fuerte y seguro que hacía que el West Ham y el Norwich volvieran a empezar.
Así, el partido llegaba al descanso. En la segunda parte, el Norwich salió enchufado. Nada más saltar al terreno de juego, tuvieron dos ocasiones que acabaron en despeje.
El West Ham, por su parte, trataba de defender el empate con uñas y dientes. En el minuto 52, el conjunto local tuvo otra oportunidad de Sakho que no acabó en gol. En el 55, el jugador volvía a intentarlo con idéntico resultado.
Ambos clubes se repartieron las oportunidades hasta que, finalmente, Redmond puso el 1-2 en el marcador, adelantando al conjunto visitante. Era el minuto 82 y el partido parecía sentenciado.
Sin embargo, el West Ham no estaba dispuesto a bajar los brazos. Corría el minuto 92 cuando Kouyaté recibía el balón tras una falta y no dudó en intentar el disparo a puerta por la derecha. El balón acabó en la red y el partido terminó con un 2-2.
Un punto muy merecido para el West Ham que, a pesar de las dificultades, supo sobreponerse y remontar en el añadido.