La afición asturiana, en contra de los excesivos controles para el derbi

En este caso, y como ya sucediera en el encuentro disputado en Oviedo, el dispositivo obligará a la afición visitante a emplear casi ocho horas para un partido que se juega a menos de 30 kilómetros de distancia.

El encuentro ha sido designado de alto riesgo, por lo que las medidas de seguridad se incrementan notablemente hasta el punto de que los seguidores del Oviedo que vayan a presenciar el partido en El Molinón, cuyo inicio es a las 20.45 horas, tendrán que concentrarse en las inmediaciones del Carlos Tartiere a las 16:45, cinco horas antes del comienzo del partido.

Allí deberán pasar un primer control de seguridad tras el cual se les entregará las localidades que previamente deberán haber adquirido y en una caravana de autocares se desplazarán a Gijón a las 18.00 horas, para de nuevo concentrase en una zona determinada desde donde se les encaminará hacia la zona acotada dentro del estadio.

Una vez finalizado el partido deberán aguardar a que las fuerzas de seguridad permitan su salida, que no será antes de que las inmediaciones de El Molinón queden despejadas de la mayor parte del público asistente, tras lo cual serán llevados a la zona donde les aguardarán los autocares y otra vez en caravana retornar a Oviedo.

Este dispositivo es el mismo que ya se empleó en el partido de la primera vuelta y que generó numerosas críticas por parte de los aficionados rojiblancos que no regresaron a Gijón hasta pasada la media noche.

El horario del partido también ha generado críticas, ya que para la asociación de peñas rojiblancas Unipes hará que muchos aficionados de fuera de Gijón decidan no asistir a un encuentro que finalizará pasadas las 22.30 horas.

Unipes ya ha remitido una carta de protesta a la Liga de Fútbol Profesional por estos horarios y también por la programación de partidos los viernes y los lunes, que influyen notablemente en la presencia de aficionados en las gradas.