Muchos aficionados del Celta viven estas horas con mucha incertidumbre. Se despertaron esta mañana con la noticia del cierre parcial de Balaídos, por un problema estructural en la cubierta de dos gradas del estadio.
Aunque el Celta se apresuró a decir que se devolverá el dinero a los aficionados que compraron una entrada para esas gradas malditas, la noticia no ha sentado nada bien al celtismo.
Se habla de una posible protesta contra el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, al que muchos señalan como el responsable. Una protesta que, en su vertiente más intensa, baraja incluso boicotear el partido.
Concretamente, de boicotear el acceso tanto de Caballero como de Mouriño, el presidente del club, al estadio, en señal de protesta.
Lo más lógico es que no se lleve a cabo, pero a buen seguro ambos se llevarán una sonora pitada, dentro y fuera de Balaídos.