Dos penaltis claros no sancionados y un en contra más que dudoso pusieron a La Palma en pie de guerra. Y pagaron sus frustaciones con quien consideraban culpable, el colegiado del encuentro.
A la salida del estadio, cuarenta minutos después de terminado el encuentro, aún había aficionados del Mensajero esperando al Navarro Collados y sus asistentes. Lo que sucedió a la salida del estadio minimizó en comparación el conato de linchamiento público que casi sucedió tras el pitido final, y que se evitó gracias a la intervención de la policía, de la seguridad privada y del delegado de campo del Mensajero.
El árbitro recogió lo sucedido en el acta, fragmento que reproducimos a continuación.
"Cuarenta minutos después de la finalización del encuentro (13:30 horas), observamos que en la puerta de salida del recinto nos estaba esperando un grupo de seguidores de unas sesenta personas identificadas como locales por su indumentaria, algunas de ellas bebiendo bebidas alcohólicas, que podían adquirirse dentro del recinto deportivo. Desde el momento en que nos vieron, comenzaron a increparnos de una forma continua y reiterada.
Cuando nos acercábamos a la puerta de salida, se intensificaron los insultos hacia nosotros y en el momento en que nos disponíamos a cruzar la puerta de salida, nos alcanzaron saltándose el cordón de seguridad dispuesto. Un aficionado me cogió de la mochila que llevaba en la espalda y me tiró una lata de cerveza por encima. Conseguimos llegar, entre empujones continuos, hasta el taxi que nos tenía que llevar al aeropuerto. Cuando íbamos a entrar en él, una persona consiguió llegar hasta la posición del Asistente Nº2, cogiéndole la cabeza y golpeándosela contra el coche, produciéndole un fuerte golpe en la cabeza y un corte en la frente, de los que adjuntamos parte médico.
Posteriormente, el Asistente Nº2 fue tratado en la ambulancia desplazada a las instalaciones deportivas, la cual lo trasladó hasta el aeropuerto. El Asistente Nº1 y yo pudimos desplazarnos en el taxi que se había llamado previamente. En el trayecto hasta el aeropuerto, no fuimos acompañados por miembros de la fuerza pública."
Álvaro Rallo, que es como se llama el nombrado como "Asistente Nº2", fue quien salió peor parado del incidente.
El Mensajero, por su parte, ha tratado de desvincularse de lo sucedido en la medida de lo posible, al tiempo que prometió emprender las medidas oportunas para que no vuelva a suceder. Sin embargo, la gravedad de los hechos a buen seguro que provocará intevención de la RFEF y la Comisión Antiviolencia.
COMUNICADO OFICIAL.https://t.co/tOScdfubwz https://t.co/Jw1Y7UVdc9
— C.D.Mensajero (@CDMensajero) febrero 14, 2016