No suelen ser los derbis partidos de grandes goles, pero debieron de pensar Mané y Coutinho que el de hoy era buen día para cambiar la tendencia.
Un gran gol del senegalés en jugada personal adelantó a los de Klopp y el Liverpool se erigió en dominador de la primera fase del choque ante un Everton decepcionante, siempre a merced de los 'reds' y con un Lukaku que lo intentaba, pero que estaba demasiado solo en ataque.
Pese a todo, los 'toffees' llegarían a empatar. Fue, cómo no, en una acción en la que quedó puesto de manifiesto el flojo desempeño defensivo de los de Anfield. Jagielka peinó un córner y, tras un mal rechace, el joven Pennington hacía el empate.
Con poco, con casi nada, los visitantes habían igualado todo un derbi. Pero Coutinho no estaba por la labor. El brasileño se sacó de la chistera una acción espectacular y puso el balón prácticamente en la misma escuadra, imposible para Joel.
2-1 y partido de nuevo encarrilado para un Liverpool que sentenciaría en la segunda mitad, por mediación de un Origi que había sustituido por lesión a Mané. El senegalés se hizo daño en la rodilla y su lesión tiene bastante mala pinta.
Los últimos minutos pudieron servir para que el Everton se metiera en el partido con Holgate o Mirallas, pero también Alexander-Arnold tuvo dos para hacer el 4-1.
Triunfo cómodo de los de Klopp, que se colocan en buena posición para regresar a Europa y seguirán soñando coon la Champions.